Hace tiempo que tenía ganas de hacer galletitas con chocolate blanco,
pero por alguna razón no las había podido hacer hasta que el otro día mientras
me tomaba una tacita de café para quitarme el frío, se me antojaron unas
galletitas y me acordé que ya hasta había comprado los ingredientes, así que
puse manos a la obra.
Tenía pensado hacer las galletas solamente con arándanos (cranberries)
y chispas de chocolate blanco, pero ví el bote de avena y se me ocurrió ponerle
también un poco, y créeme que ¡el resultado fue buenísimo!
¿A poco no se te antojan? Tienen la textura perfecta, doraditas y
crujientes por fuera, pero con el centro suave como un panecillo. Los arándanos
balancean lo dulce del chocolate blanco lo que hace que no te empalagues. Y lo
mejor es que ¡tienen avena! A mi me fascina el avena, y que mejor manera de
comerla que en unas galletitas.
Ingredientes:
(20 galletitas)
- 1 taza de chispas de chocolate blanco
- ½ taza de arándanos secos
- 1 taza de avena
- 1 taza de harina “mil usos”
- ½ taza de mantequilla a temperatura ambiente
- 1/3 taza de azúcar
- 1/3 taza de azúcar morena
- 1 huevo grande
- 1 cucharadita de vainilla
- ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
- ½ cucharadita de canela en polvo
- ½ cucharadita de sal
Preparación:
Con la ayuda de una batidora, bate mantequilla, el azúcar normal y el
azúcar morena hasta que se incorporen bien y se acreme la mantequilla.
Agrega huevo y vainilla y bate hasta que se incorporen.
Agrega harina (previamente cerninda), bicarbonato de sodio, canela y
sal, bate lo necesario para que se incorporen.
Ahora agrega avena, arándanos y chispas de chocolate y mezcla todo
bien con el ayuda de una cuchara o espátula.
Envuelve la masa con plástico y refrigera por lo menos 1 hora.
Precalienta el horno a 350F (180C).
Saca la masa del refrigerador y forma bolitas pequeñas y ponlas en una
charola para hornear previamente engrasada o con papel para hornear. Recuerda que
las bolitas de masa no deben de quedar muy justas.
Hornea las galletas de 12-15 minutos o hasta que veas que las orillas
se pongan doraditas.
Sácalas del horno y deja enfriar a temperatura ambiente y guárdalas en
un molde herméticamente sellado.
¡Listo!
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