A veces un año se puede pasar en un abrir y
cerrar de ojos. Y aunque a veces suele pasar de que se siente que nuestros días
son iguales y que no pasa nada extraordinario, cuando juntamos esos cambios pequeñitos
que en algún momento pensamos que eran insignificantes, resulta que nos
encontramos en un lugar o en una situación completamente diferente a como
empezamos, y hasta a veces creemos que nos hemos convertido en una persona
completamente diferente.
Ya se que una reflexión se puede hacer a
cualquier día, a cualquier hora y en cualquier lugar, pero las reflexiones son inevitables
cada vez que se acerca el fin del año o comienza uno nuevo.
A mi me gusta hacer pequeñas comparaciones de
cómo comencé y como estoy terminando el año, ya sea en el trabajo, salud, mi
relación con mi familia y amigos, mis metas, … etc.
Este año que termina estuvo lleno de cambios
buenos y oportunidades extraordinarias. Y claro, como todo lo bueno también hay
un lado no tan bueno; en éste año me tocó vivir algunos malos ratos, algunas
experiencias marcaron una pauta en mi
vida. Pero como siempre lo he dicho, las cosas pasan por algo, aun así aunque en
ese momento no entienda el porque de las cosas, al final todo tiene un
propósito.
Algo que me gusta hacer durante el año es escribir
algunas cosas que me pasan o cosas que pienso en el momento, aun así sean
pequeñas. Me gusta escribir sobre algún lugar que visité, personas que entran o
que salen de mi vida, cuando pruebo nuevos sabores, cuando me encuentro en
situaciones buenas o malas; cualquier cosa que sienta la necesidad de escribir.
Esas notas por insignificantes que crea que
sean en algún momento cuando pasa el tiempo y las leo me traen risas,
aprendizajes y lo mejor es que me recuerdan de lo que en realidad es
importante, de lo que más debo de cuidar, de lo que llena mi vida cada día; de
las cosas que hacen mi vida tal y como es. Me ayudan a darme cuenta de todo lo que
se puede vivir en sólo 365 días.
Una de las cosas por las cuales estoy
inmensamente agradecida es por ustedes. Sin ustedes no tuviera la inspiración
que hace que me levante cada mañana a planear, experimentar y probar recetas,
de grabar y editar los videos, de escribir cada letra en éste blog. Gracias por
hacerme sonreír cada vez que leo sus comentarios y sus mensajes, me alegran mi corazón.
Gracias por ser parte de mi familia cibernética.
Gracias por su apoyo.
Gracias por haber hecho aún más especial mi 2015.
Aún cuando tu año haya tenido grandes o
pequeños cambios, buenos o no tan buenos, es siempre bueno recordar y agradecer.
Hay que sentirnos orgullosos de lo que hemos alcanzado, de lo que hemos vivido,
de lo que hemos crecido y aprendido.
Haz del año que está comenzando el Mejor Año
de tu Vida.
Adiós 2015 y gracias por lo que me diste… ¡2016,
ya estoy lista!
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